Está decidido.
Cuando la Muerte venga a buscarme para llevarme a su danza, voy a rechazarla con absoluta firmeza. De ahora en adelante será a mi manera; le daré una buena lección.
No es que me moleste su llegada. Lo que me saca de quicio es que se de tanta importancia y tarde tanto, precisamente cuando no es Ella quien invita, sino quien recibe la invitación.
Hoënyr, 2013.