-Para mis aventuras eróticas -decía-,
ellas tienen que ser perfectas,
y en nada me pueden fallar…
Nunca leyó a Casanova, no sabía,
que era su deber complacerlas,
y por eso, casi nunca llegaba a follar.
Hoënyr, 2012.
-Para mis aventuras eróticas -decía-,
ellas tienen que ser perfectas,
y en nada me pueden fallar…
Nunca leyó a Casanova, no sabía,
que era su deber complacerlas,
y por eso, casi nunca llegaba a follar.
Hoënyr, 2012.