-Compra la lotería -me dijo en la cantina el viejo ebrio que brindaba conmigo cuando Ella me dejó-; ya sabes lo que dicen: “de buenas en el juego, de malas en el amor”…
De eso hace varios años. Ahora sobrevivo entre penurias, sin amor y sin dinero. Así es, sin dinero, ya que me convertí en ludópata intentando que se cumpliera ese maldito dicho popular.
Solo me queda la salud… Pero claro, siempre y cuando salga victorioso de esta cirrosis.
Hoënyr, 2012.